En las afueras de Sesto Fiorentino, cerca de Florencia, el arquitecto italiano Cobertizos Fabio diseñado la gimnasio "La Fonte", gimnasio geometría simple y recubierto con una segunda piel cobre delgada.
El proyecto es un homenaje a la obra de Leonardo da Vinci inspirado en el cuerpo humano. Las placas de cobre que cubren el exterior del gimnasio hacen que el edificio parezca fibra muscular. Gracias al montaje sin clavos de, las placas son libres de moverse y expandirse según las características del cobre.
Las láminas se montan sobre una estructura reticular de hierro galvanizado recubierto de listones de madera cuya forma determina la ondulación de los listones de cobre, los cuales se montan con juntas simples, evitando el uso de clavos u otros elementos de sujeción y permitiendo que moverse de acuerdo con la expansión térmica. De esta forma, el edificio es una especie de fragmento orgánico que convive con las estaciones casi como un elemento natural.
Construido para servir como campo de entrenamiento para la escuela de la ciudad preexistente, La Fuente es un edificio independiente que también se puede acceder por los usuarios. El espacio se organiza en dos volúmenes simples ortogonal, diseñado con elementos prefabricados. La estructura es de hormigón pretensado, y es similar a las naves industriales que se encuentran en la zona de Sesto Fiorentino. En menor volumen, vestido de travertino son los vestuarios y cuartos de servicio, mientras que el mayor volumen se utiliza para los deportes.
La geometría vuelve a ser bastante simple: ambos tramos son de planta rectangular, con un pasillo que los une y da acceso a las distintas estancias. La geometría simple del interior contrasta con la variedad y complejidad de los materiales utilizados para el exterior, lo que determina la importancia y el valor del proyecto, aunque sea pequeño.
La elección del cobre para el exterior es impresionante, la flexibilidad del metal hace que el edificio sea como un pulmón gigante, capaz de respirar y dejar respirar al área circundante. El concepto de respiración remite así al paralelo con el propósito mismo de la construcción: la práctica del deporte.