The House of Lorrainen es una residencia de estilo minimalista con una apariencia totalmente blanca diseñada y construida con la máxima atención en cada detalle por DMVA Architecten en Bélgica, concretamente en Malinas. Este es el mejor ejemplo de arquitectura minimalista que quiere, al mismo tiempo, mantener la estructura, formas y geometría de la calle en la que se ubica. Su creador, de hecho, no quería en absoluto romper y romper con los espacios existentes, sino que quería garantizar la máxima continuidad posible.
Los espacios interiores en un estilo minimalista
También se ha tenido mucho cuidado en el estudio de los espacios interiores y sobre todo en su personalización. Estas pequeñas residencias verticales no fueron de hecho organizadas de forma independiente por los arquitectos, pero cada propietario pudo completarlas a voluntad para satisfacer mejor sus necesidades personales. También en este sentido, por tanto, podemos entender la máxima flexibilidad y disponibilidad de los arquitectos.
El aspecto más importante de la residencia: la fachada.
El aspecto más importante del trabajo de dmvA Architecten es sin duda el gran cuidado que se ha prestado al diseño y construcción de las fachadas de la residencia. En el pasado la estructura que se ubicaba en la esquina de la calle era blanca, por lo que todas las casas nuevas también estaban revocadas del mismo color (otro elemento de continuidad de los espacios), aunque cada una se construyó con diferentes materiales de construcción. La primera fachada, por ejemplo, es de lamas de aluminio, mientras que la segunda es de hormigón prefabricado en forma de cruz. El tercero incluso está hecho de vidrio, por lo que la planta baja está perfectamente adaptada para albergar escaparates y tiendas. El cuarto es de yeso blanco liso.
Que sensaciones transmiten las fachadas
A primera vista las fachadas, aunque tan diferentes, transmiten sensación de amplitud, apertura y casi libertad, pero al mismo tiempo consiguen garantizar la máxima privacidad y confidencialidad. Desafortunadamente, el interior de la casa no era muy luminoso, pero los arquitectos resolvieron el problema creando un pasaje interno que permite que la luz circule mejor. Este mismo pasaje también juega un papel social muy importante para los vecinos porque pronto se convirtió en un lugar de encuentro social en el que reunirse incluso solo para charlar.
El jardín vertical
Los arquitectos también pensaron en darle un toque de verde, por lo que también crearon un jardín vertical construido sobre uno de los muros de la fachada interna.