Arquitectos Anónimos construyeron esta casa en Esponsende, Portugal, con un presupuesto inusualmente bajo. Su solución a la restricción fue una simplicidad radical: los ladrillos de corcho, que son increíblemente ligeros, resistentes y aislantes, forman una especie de icono de camuflaje para esta cabaña. Uno de sus apodos, “choza”, refleja la forma en que Arquitectos Anónimos lograron desmantelar la casa en sus partes más básicas.
Vía: architizer