Krug en capital Milán es una restaurante efímero, Nacido de un proyecto de Maison Krug, Que será abierto sólo desde el 20 26 2013 de febrero, durante la Semana de la Moda de Milán.
Krug en capital Milán es el primer restaurante en Italia efímero de Krug, de la Maison de Champagne más prestigioso y nacido en 27 ° y último piso de la Torre Diamante el acero del edificio más alto de Italia. Es una torre de la gestión que significa 140 metros sobre el suelo, diseñado por Kohn Pederson Fox Associates, es un prisma irregular y transparente, con sus bordes y líneas nítidas muy claro y preciso, se asemeja a la forma de un diamante.
La Torre Diamante es uno de los nuevos edificios de gran altura en la zona de Porta Nuova, el proyecto de regeneración urbana más importante de Milán, es uno de los puntos fundamentales de la Milán del futuro.
Krug en capital Milán tendrá sólo 40 cubierto disponibles e inaugurará la torre, que estará abierta al público en la base sólo después del cierre del restaurante.
El chef "residente" elegido por Maison Krug es Enrico Bartolini Restaurante Devero Cavenago, que durante una semana se cierra su restaurante y se trasladó al restaurante efímero Krug con el personal de cocina. Menú 3 (la cocina milanesa según Enrico Bartolini) de 250 300 € a € por persona
Cuarenta asientos, para cuarenta invitados que, durante siete tardes durante la semana más famosa y aclamada del año, la de Semana de la Moda de MilánA través de reservas requerido en el sitio www.krugencapitale.it a partir del 20 de enero de 2013 podrán vivir una experiencia gastronómica y enológica única. Tres menús excepcionales, uno por 250 euros y dos por 300 euros, maridados con la Cuvée de la Maison, Krug Grande Cuvée, Krug Rosé e Krug 2000 han sido especialmente creado por el joven Cocinero con Estrella Enrico Bartolini, El restaurante del mismo nombre en el Hotel Devero en Cavenago Brianza.
El Chef Enrico Bartolini, para crear estos menús tuvo dos fuentes únicas de inspiración para la exclusividad. Champagne Krug, refinado y elegante, con aromas de pan caliente y mantequilla, muy fresco, con un final persistente, y Milán, con una cocina de la llanura, muy ligada al territorio lombardo, por lo tanto al arroz, a la crianza, pero también dirigida a innovación, ya que siempre ha sido una encrucijada de comercio.